Más Abrazos // Miércoles 20 Mayo, 2020 // #bebe, #emociones, #maternidad
No hay duda de que los niños pequeños pueden ser una ternura. Durante los primeros años el principal vínculo es con su madre y a ella es a quien mostrarán sus alegrías y tristezas. Los niños pequeños pueden ser muy afectuosos y querer muchos abrazos y besos ya que necesitan sentirse amados y seguros constantemente. Por esto, no hay duda de que pueden ser muy manipuladores, queriendo la atención exclusiva de sus padres y por tanto, es crucial aprender a establecer límites ya que les permitirá sentirse guiados y apoyados durante esta etapa de su aprendizaje.
Para Laura, la segunda maternidad fue un poco impactante. Su hijo Sam dejaba de ser el niño tierno, dulce y afectuoso cuando estaban en público, parecía un niño diferente. Ella observó horrorizada cómo golpeó frustradamente a otro niño cuando jugaban un parque cercano. Era la segunda vez que lo hacía y ella estaba preocupada por cómo lidiar con la situación. Ella nunca tuvo este problema con su hija Meg cuando tenía una edad similar por lo que no estaba segura de qué hacer. Laura no es la única madre que se siente así. Muchas madres encuentran juegos o sesiones de juego destruidas cuando sus niños pequeños atacan a otros niños así que es tiempo para disciplinarlos.
No hay duda de que los desafíos de criar niños difieren de los de criar a las niñas. En primer lugar, los niños son más lentos para madurar, la brecha de madurez entre los niños y las niñas es de entre uno y dos años y se mantiene hasta la edad adulta. Esta es la razón por la que los niños son a menudo más lentos para alcanzar los hitos típicos de la infancia y la niñez. Aunque pueden ser físicamente más grandes que sus contrapartes femeninas, emocionalmente son mucho menos maduros y estarán a menudo más afligidos al ser separados de sus padres.
Entonces, ¿cómo pueden los padres como Laura ayudar a sus hijos en situaciones como la del parque?
En primer lugar, deben saber que su hijo está listo para compartir con otros. Los niños están genéticamente diseñados para ser activos y enérgicos y también son menos propensos a ser muy sociables por lo que pueden tener un enfoque mucho más individualista en cuanto a algunas actividades. Steve Biddulph, autor del libro “criando niños” dice: "en preescolar, los chicos tienden a ignorar a un niño nuevo que llega al grupo, mientras que las chicas se dan cuenta y se hacen amigos". Si Sam estaba jugando con algún juguete o quería el de alguien más, expresaría su frustración de la mejor manera conocida, de forma física. Por lo tanto, es bueno para los padres programar un tiempo de actividad física con sus hijos para ayudarlos a desarrollar su coordinación mano-ojo y permitirles sentirse valorados y apoyados.
Es útil alejar a los niños del problema cuando es la primera vez que se portan mal. Los niños pequeños a menudo se sienten abrumados en las multitudes por lo que alejarlos de situaciones en las que se sienten acorralados, a menudo ayuda a reducir su ansiedad.
Este método del "tiempo fuera" es una de las formas más comunes de disciplina utilizada por los padres modernos y por lo general la más exitosa. La regla es: un minuto por cada año que tenga. Si se levantan, los sientas nuevamente y el tiempo comienza a contar otra vez. Después, regresa y dile por qué están en el “tiempo fuera” y si tu hijo ya puede hacerlo, debes tratar que él te explique por qué están en “tiempo fuera”.
Los padres deben tratar de permanecer cerca mientras sus niños juegan. De esta manera, pueden monitorear su comportamiento de cerca. Esto también proporciona a tus hijos un claro sentido de frontera. Esto es vital para la crianza de niños pequeños y si bien el monitoreo constante puede resultar agotador, la recompensa a largo plazo será un mejor comportamiento.
Los padres también tienen que ser modelos para los niños en cuanto a cómo deberían responder a ciertas situaciones: enséñales a decir, "Por favor, ¿puedes prestarme tu juguete?" En lugar de arrebatar o golpear. En esta edad los niños no son buenos negociando por sí mismos así que los padres deben hablar con los otros niños en nombre del bebé. Los niños suelen ser más lentos para desarrollar habilidades verbales, por lo que la paciencia es indispensable.
Biddulph dice que el tiempo comprendido desde el nacimiento hasta los seis años es para "aprender a amar los años". Es claro que, aunque los padres son una parte clave en la vida de los niños, durante estos años, los niños "pertenecen" a su madre. La importancia del vínculo entre la madre y el niño es crucial para su desarrollo por lo que es importante que se sientan seguros y cómodos contigo. Cuando lloren, es más efectivo tratar de resolver por qué, en vez de simplemente decirles que dejen de hacerlo. De igual manera, lo niños responden muy bien a los afectos por lo que los besos y el consentimiento pueden ser grandes aliados.
Los niños pequeños verán a sus madres como el centro de su existencia y estarán ansiosos de complacerlas. Debido a este apego es, a menudo, más fácil que las madres manejen y negocien con ellos que con ellas. Ellos te mirarán para asegurarse de que están seguros y comportándose bien. Es por eso que estar cerca es tan importante.
Biddulph cree que llevar a niños menores de tres años a la guardería puede ser contraproducente. Sin embargo, para la mayoría de los padres esto es inevitable por lo que es importante asegurarse de que el tiempo que pases con tu niño sea para estrechar vínculos, mediante caricias y mucho afecto.
Si bien hay muchos desafíos asociados con la crianza de los niños, las recompensas son enormes. Para Laura, una vez que empezó a establecer límites firmes a Sam, acompañados de muchos abrazos y besos, vio una mejora dramática en su comportamiento y los parques de juegos se convirtieron en una fuente de diversión y no de estrés.
Este artículo fue escrito por Sarah Pietrzak, escritora independiente, blogger y mamá de tres niños.
Comparte: