Más Abrazos // Miércoles 20 Mayo, 2020 // #embarazo, #salud, #bebe
Todos los tipos de ecografía son un procedimiento médico simple que también se conoce como barrido. Esto involucra ondas de sonido de alta frecuencia transmitidas a través del cuerpo que rebotan y luego se visualizan en una pantalla.
Durante el embarazo, un dispositivo conocido como transductor se utiliza para moverse a lo largo del vientre de la madre enviando ondas de sonido a través del abdomen y el útero. Estas ondas sonoras rebotan sobre el cuerpo del bebé en forma de eco y son recolectadas por un computador que las convierte en imágenes. Incluso es posible ver los movimientos y las patadas del bebé. Las ondas de sonido suelen ser de tan alta frecuencia y tono que no son perceptibles para el oído humano.
La ecografía es un procedimiento indoloro y no invasivo. Sin embargo, puede ser un poco incómodo ya que puedes necesitar tener la vejiga llena si estás en las primeras etapas de tu embarazo.
Hacerse una ecografía 3D no es tan diferente a tener una en 2D. Sin embargo, aunque los procedimientos son muy similares, utilizan tecnologías diferentes para proporcionar imágenes diferentes.
Una ecografía 3D toma miles de fotos del bebé para convertirlas en imágenes tridimensionales, casi tan claras como una fotografía de real. Estas imágenes permiten que puedas ver a tu bebé en tres dimensiones, en lugar de dos.
En una imagen 3D puedes ver profundidad y forma, dando una claridad no tan evidente en una ecografía 2D. Esto se debe a que en la ecografía 2D se ve el bebé a través de sus órganos y tejidos internos, mientras que en una ecografía 3D o 4D se ve el exterior de su cuerpo de una forma realista. Esto es particularmente claro cuando se mira la cara del bebé y sus delicadas características.
En las ecografías 3D, el transductor utilizado para transmitir las ondas sonoras y el software de la computadora son más avanzados y complejos. Esta es la razón por la que tienden a ser más caras y generalmente no están incluidas en la práctica obstétrica estándar.
Una ecografía 2D toma la imagen en forma de rebanadas haciendo que sólo se pueda ver un plano a la vez. Las ondas sonoras se envían al bebé y rebotan, dando un aspecto bastante plano de superficie del bebé. Por su parte, la ecografía 3D toma miles de "rebanadas" en serie produciendo un volumen. Estos envían las ondas de sonido en ángulos diferentes permitiendo dar la profundidad característica de una imagen tridimensional.
Una vez que estas imágenes son almacenadas y sombreadas por la computadora, se pueden ver en la pantalla imágenes claras y tridimensionales. El ancho, altura, la profundidad del bebé y sus órganos internos se pueden ver muy claramente. En una ecografía 3D el bebé tiene una forma realista y se ve exactamente cómo sería si ya hubiera nacido, por supuesto, un poco más pequeño.
Los padres necesitan confiar menos en su imaginación con una ecografía 3D. Es una superposición de todas las imágenes 2D generando una imagen clara del bebé, en lugar de una imagen granulada.
Aunque es encantador ver al bebé en una imagen clara, no hay beneficios reales para la salud, es igual practicarte una ecografía 2D o una 3D. Desde finales de los años 90, la ecografía 3D ha estado disponible y miles de padres han elegido hacérsela. Las clínicas especializadas en exploración obstétrica proporcionan tecnología 3D pero los padres deben pagar para que se realice este procedimiento.
Los exámenes incluidos en el plan básico de salud, por lo general se limitan a ecografías 2D debido al costo adicional de la tecnología 3D.
Hacer una ecografía 3D requiere un alto nivel de habilidad y experiencia clínica. A diferencia de una ecografía 2D, para una en 3D se requiere que el transductor se mantenga fijo y estable mientras que los ecos de sonido vuelven para luego ser interpretados por el software. Si ya has tenido una ecografía 2D, encontrarás que las imágenes son muy diferentes.
Generalmente, se recomienda hacérsela entre las 26 y 30 semanas de gestación, a menos que tu médico lo recomiende de otra manera. En este momento, hay suficiente grasa debajo de la piel para ver el aspecto facial del bebé y no solo su estructura ósea.
Algunas clínicas afirman que en las últimas 30 semanas de gestación, es más probable que la pelvis de la madre se interponga en la visualización de la cabeza del bebé, haciendo un poco más difícil el proceso. De cualquier forma, esto realmente depende de la clínica y de sus guías de práctica.
Una ecografía 3D tiende a ser más corta que una 2D. Esto se debe a que las imágenes son muy claras y se pueden almacenar en el disco duro de la computadora para su uso posterior si llegase a ser necesario. Los médicos tratan de terminar el proceso en 30 minutos con el fin de limitar cualquier efecto secundario sobre el bebé por causa de una exposición prolongada a las ondas de sonido.
Lo que veas de tu bebé, durante la ecografía 3D, dependerá de la forma en que esté acostado. Si tu bebé está mirando hacia afuera y hay suficiente líquido amniótico alrededor de su rostro, entonces tendrás suerte. De no ser así, igual podrás ver su espalda, hombros, parte inferior y las extremidades.
Si al principio de la exploración tu bebé está lejos del transductor, cruza los dedos para que se mueva a una posición más clara antes de terminar el proceso. Si tu bebé está acurrucado con la espalda hacia el frente o tiene las manos cubriendo su cara, entonces no podrás ver muchas de sus características.
Si tienes peso acumulado alrededor de su cintura, es probable que influya en la claridad de la imagen que veas. El médico puede sugerirte que camines un poco, tomes una bebida fría, que hables con tu bebé o masajees suavemente tu abdomen. Estas estrategias pueden ayudar a alentar a tu bebé a cambiar de posición.
No hay beneficios médicos definidos. Sin embargo, si ya se ha identificado alguna anomalía, una ecografía 3D puede proporcionar una mejor visualización que una 2D. Esto puede aplicarse a problemas como defectos cardíacos, labio leporino o defectos del tubo neural como la espina bífida. Debido a esta detección temprana y concientización, la planificación del cuidado y la gestión postnatal puede comenzar muy pronto. También puede ayudar a los padres a saber a qué se pueden enfrentar cuando nazca su bebé, en lugar de tener que confiar en su imaginación y las explicaciones de los profesionales de la salud.
Algunos padres encuentran que una ecografía 3D les ayuda a unirse más con su bebé antes del nacimiento. Tener una visión clara de la cara del bebé y sus características, buscar parecidos a la familia, conocer el sexo y ser capaz de ver a su bebé puede hacer una gran diferencia.
En el momento de la ecografía 3D, algunos padres escogen el nombre de su bebé y ven esto como una oportunidad única para construir el apego emocional. Sin embargo, otros son felices de esperar hasta que su bebé nazca para reunirse por primera vez con él.
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